¿Quién alguna vez no ha escuchado decir: “el médico me ha recetado un antibiótico pero como ya me siento bien, lo he dejado de tomar”?
Según la OMS, la resistencia a los antimicrobianos (o farmacorresistencia) es la capacidad que tienen los microorganismos (como bacterias, virus y algunos parásitos) de impedir que los medicamentos antimicrobianos (como antibióticos, antivíricos y antipalúdicos) actúen contra ellos. En consecuencia, los tratamientos habituales se vuelven ineficaces, las infecciones persisten y pueden transmitirse a otras personas.
Una de las causas que acelera este fenómeno es el uso indebido y abusivo de estos fármacos, principalmente de los antibióticos.
En general se recomienda:
• Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un facultativo.
• No demandar antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
• Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
• No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otras personas.
• Prevenir las infecciones lavándose las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto íntimo con enfermos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
• Trabajar en la prevención y mantener un sistema inmunitario fuerte puede ayudar a prevenir las infecciones.
Recuerde que las resistencias aumentan si:
– Se usan innecesariamente los antibióticos cuando no están indicados.
– Se administran dosis insuficientes.
– Se suspende el tratamiento antes de cumplir el tiempo necesario, que es muy variable dependiendo del tipo de infección.
¡El uso responsable de los medicamentos depende de todos!
Referencias: Organización mundial de la salud.¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?
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